Salí de la primera sesión con una sensación de alivio que no sentía hace mucho tiempo. Desde que empezó la conversación, sentí que estaba con alguien que de verdad me veía, que entendía mi dolor sin que tuviera que explicarlo todo. Fue como poder soltar un peso, aunque fuera un poquito, y eso ya significó mucho para mí.
Su forma de estar, de escuchar, de hacer preguntas sin presionar… me hizo sentir segura y contenida. No sé cómo explicarlo bien, pero me dio esperanza, y hacía tiempo que no sentía eso. Estoy agradecida por haber encontrado a alguien así.
Paciente